No se trata de trabajar gratis, sino de cobrar en función de los ahorros energéticos generados y de forma diferida. El modelo ya está en funcionamiento en países como Inglaterra y abre la vía a fórmulas no financieras para costear futuras rehabilitaciones.
Un mes después de la aprobaciónde Ley, el asunto de la financiación ha pasado al centro del debate. Una de las fórmulas que baraja el sector de la construcción la sugirió la subdirectora general de Urbanismo del Ministerio de Fomento, Ángela de la Cruz, durante unas jornadas organizadas por el Colegio Oficial de Aparejadores de Madrid: las empresas podrían asumir las reformas que emprendan a coste cero a cambio de recibir como remuneración los ahorros energéticos conseguidos.
«En ningún caso la subvención pública será superior al 35-45% del coste», advirtió la subdirectora, que espera que la nueva regulación entre en vigor antes del mes de julio.
De la Cruz afirmó que habrá que «jugar con parámetros de aumentos o cambios de uso», en referencia a qué porterías, bajos de comunidades de vecinos u otros espacios desaprovechados podrán rentabilizarse como locales.
Según la subdirectora quien más obras realice en torno a la conservación-accesibilidad-eficiencia energética, «más subvención recibirá», concretamente, llegarán a ese tope marcado por el Gobierno los proyectos de regeneración urbana y proyectos de ciudades sostenibles, pero «en ningún caso llegaremos a la mitad», apunta.
Estándar Passivhaus
Por otro lado, Isabel Sala, de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático, presentó la plataforma Construction21, un canal online donde los técnicos pueden difundir sus proyectos de rehabilitación, conocer otros casos de éxito y debatir sobre ellos. Hasta la fecha cuenta con más de 1.500 usuarios registrados y recibe una media de 10.000 visitas mensuales.
Por último, Juan Postigo Castellanos, delegado de Madrid de la Plataforma de Edificación Passivhaus, expuso el modelo de rehabilitación energética conforme a las exigencias del estándar Passivhaus, que ya es obligatorio en algunas regiones de Alemania o Austria.
Fuente: El Mundo